Descubrió el mundo del swing por casualidad, paseando por el parque de la Ciutadella, en Barcelona. La música y el baile en pareja la cautivaron y en 2007 comenzó a tomar clases de Lindy Hop, después de Solo Jazz y finalmente de Balboa tanto en Barcelona como en workshops internacionales. Asidua a todas las jams y eventos de swing que se hacían en Barcelona son pocos los días en los que no ha bailado desde entonces; para ella un día sin bailar y sin haber probado y aprendido algo nuevo es como un día perdido.